Causas y origenes
La halitosis crónica es una afección que padece el 25% de la población mundial.
El 93% de los casos se origina en la liberación de compuestos sulfurados volátiles (CVSc) por Acción de bacterias anaerobias alojadas en la cavidad oral, fundamentalmente en el dorso de la lengua.
Proteínas del mucus, células descamadas, restos de alimentos y goteo pos-nasal que se acumulan en la lengua, actúan de sustrato para la formación de VSCc. (volatile sulphur compounds).
El mal aliento se trata exitosamente, pero no se cura, debido a que no es una enfermedad, sino más bien una Condición biológica determinada que propicia la proliferación descontrolada de bacterias anaeróbias tipo Gram.(-), estreptocos, etc., dañinas del ecosistema Oral y de la Salud General.
Estas bacterias, además de generar gases mal-olientes, atacan los tejidos blandos de la boca, dando lugar a inflamaciones, gingivitis, periodentitis e incluso si logran penetrar en el torrente sanguíneo a través del sangrado de las encías, pueden generar todo tipo de complicaciones respiratorias y cardiovasculares, incluso se sospecha, puedan tener relación con ACVs.
Las causas pueden ser endógenas, Ej., cambios hormonales, variación en el Ph oral, contextura lingual, insuficiente salivación, deficiente drenaje pos-nasal, etc., etc.
También por causas exógenas, Ej., prótesis dentales infiltradas, ortodoncias o por una Deficiente Higiene Bucal.
Por lo tanto, el pilar fundamental de nuestra terapia será un «Esmerado y especifico Cuidado Bucal»
En una boca periodentalmente saludable, la mayor parte de los olores son producidos sobre la lengua y en una periodentalmente comprometida, las bolsas periodentales inflamadas contribuyen con olores adicionales por una reacción similar.
Una lengua vista en cortes es similar a una poblada papila rugosa, con profundos hoyos que resisten una limpieza normal. Sobre esta superficie se acumula una pasta pegajosa amarillenta, la cual se denomina “placa lingual” de idénticas características a la placa dental. Esta colección de bacteria, restos celulares y partículas de comida son el medio perfecto para que se dé un incubador bacteriano de mal olor, (VSCc ) con gases predominantes como el sulfuro de hidrógeno, metil, mercaptano y el dimetil sulfuro.